Una de las decisiones (o no decisiones como se dice en inglés) más acertadas que tomaron los líderes europeos en la cumbre del 19 de noviembre, fue desechar la supuesta candidatura de Tony Blair para proclamarse como primer Presidente del Consejo Europeo.
Este pasado domingo El País publicó una extensa entrevista de Blair en la que justifica sin ambages su años como Primer Ministro de su Majestad, su política de modernización del Reino Unido y sus decisiones sobre la guerra de Irak. Suenan sus palabras como repiques de justificación o integra apología, sabedor a fin de cuentas que su legado es harto sombrío en muchos aspectos, empezando por ese mesianismo que avocó media Europa a la guerra de Irak. Sospecho que la probable victoria de los sosos conservadores británicos será tan "ingrata" con los logros de su cínica y achampanada "tercera vía", como las dos victorias del soso socialismo de "Z" que España ha reservado hasta ahora al sucededo de su amigo Aznar, ambos autojubilados antes del veredicto final de las urnas. ¿Qué nos va a contar Blair en Comité independiente de Sir John Chilcot, que trata de averiguar por qué se implicó el Reino Unido en la funesta guerra de Irak? Para algunos como la diputada laborista Diane Abbott los testimonios recabados ya son suficientes para desenmascaralo, incluso antes de su intervención. Ayer The Guardian asalta de nuevo e incita a sus lectores a destapar la opaca red de sociedades interpuestas que ha creado Blair "el afortunado" para ocultar su misteriosa fortuna.
Vuelvo al principio, nuestros dirigentes, y acabo con mi teoría sobre los males de nuestros actuales dirigentes. La generación de Kohl, Miterrand, Andreotti, Suárez y González "el joven" y sus antecesores vivieron los horrores de la guerra y la dictadura, dijeron nunca jamás, y construyeron la Unión Europea. La actual de Schroeder, Aznar, Berlusconi, Sarkozy, "Z" y Blair fueron jóvenes o adolescentes en el 68, utópicos en su día ─si lo fueron alguna vez─ que no hicieron siquiera la mili en muchos casos, y la están nacionalizando, o lo que es lo mismo destruyendola poco a poco. Luego viene la generación Erasmus, JASP, o lo que sea, que ha disfrutado la paz, oportunidades y comodidades materiales pero también el paro y mileurismos que ha acompaña a la Europa que las primeras generaciones han cimentado. La generación intermedia que está gobernando no está por la labor de hacernos la vida más fácil y parece lobotomizada por la globalización, aunque yo creo que sólo les interesa el dinero. En sus cuentas claro. De la generación que gobierna la nueva Europa del Este idem. Después del comunismo sin valores viene al capitalismo sin valores. Resultado, no sé si la generación Erasmus será mejor pero desde luego la Red que nos rodea sirve para saborear la sabiduría de Quevedo con su poderoso caballero es don dinero. Y esperar que estos gobernantes desvirtuados desaparezcan.
