jueves, 28 de enero de 2010

Castraponglish

Hola, chámome Jack, I am o fillo do Presidente da Xunta Feijoo, e como vedes I am trilingüe fruto da muy cool educación tres 3D que implantou o meu father in Galicia. Un visionario. Un success total. We speak tres linguas pero a verdade que noutros coñecemientos hai que mellorar. Confesso que non séi latín, tampocuo as mías mathematics are para tirar cohetes, ni a ortografía, do coñecemento do medio, is eso, do middle, en realidad, ni zorra, pero twienteo bien y a PSP, non vexas. Con todo, Feijoo, o meu pai, pensa que temos moita suerte, here in Galicia. Tres linguas y un profesorado, moi, muy preparado, especially os de inglés que vienen de fora, porque os nosos non falan English. ¡Para cando a BBC como segundo canle autonómico! digo yo a meu father. Os de Baleares tamén queren el mismo modelo. Os pobriños de Madrid só castellano-inglés seica la Presidenta Aguirre no quiere quedarse atrás e pense introduire le français. Ela sempre muy fina. Y en Andalucía ¡el árabe! Seremos a mellor canteira de interpretes da ONU do mundo. Ou soñadores e irresponsables, outro GAIAS en ciernes. Decisión salomónica a de Feijoo, problema co galego, pois pon o inglés. E ¿quién paga todo esto? y ¿quién mejora a calidade da educación? Silencios neste país dónde los políticos todavía no hablan inglés. Eu sí, falo well inglés, galego y castellano, pero a miña avoa, que e doutora da vida, dín cun sorriso que de falar, falar, eu só falo castraponglish.


jueves, 21 de enero de 2010

Les Trois Mousquetaires de la Rue de la Loi


Mi hermana está preocupada porque se teme que el blog me va a crear problemas. Espero que no, qué no vaya a terminar como Google en China. Lo de los teletubbies puede que fuera algo temerario por mi parte, irresponsable, irreverente. Es lo que tenemos en común galegos con británicos, la ironía. Y ahora que he tenido más tiempo para reflexionar, lo que quería decir es que hay otra analogía posible para relación entre los nuevos cargos de la UE, el de los mosqueteros, que como todos sabemos, no eran tres sino cuatro. “¡Todos para uno y uno para todos!” Solidaridad y trabajo por el bien común. Veo en la red que soy poco original con esto de los mosqueteros. M.A. Benedicto de Eurity ha llegado a la misma conclusión. En la red en francés la comparación está más muñida. Dumas es patrimonio nacional.


Asthon prometió en su reciente comparecencia en el Parlamento europeo una UE creíble y con una sola voz en el mundo. Sospecho que su modelo es el de un coro con un único director ¿Se refería a ella? Pero hay un problema, primero hay que ver cuál es la canción común, ese bien antes acordado. Sin embargo, Europa ya es muy diversa y por consiguiente como repetía el ex-presidente González, hoy Eurosabio cada vez tenemos menos experiencias compartidas, momentos en los que nos sentimos verdaderamente europeos. Y sin esas experiencias, es más difícil adquirir la solidaridad necesaria para vivir en comunidad y legitimar un poder único.


Identificar una o varias canciones en común y movilizar esfuerzos es el gran desafío del Presidente Van Rompuy. Quizás la realidad es que, detrás del Tratado de Lisboa, los Estados miembros pretenden una Europa sin líderes, un sistema político de intercambio de ideas y voluntaria cooperación sin una voz última, un coro sin director. Es la tesis del Profesor Jack Hayward, que ha editado Leaderless Europe, y en el que escribe que en Europa hay demasiados pretendientes a líder y escasos incondicionales. Pero primero vamos a ver cómo actúan los cuatro mosqueteros porque aventuras, aventuras, las habrá. Y en ésta me acuerdo de Mocedades y su muy europeo Eres tú. Van Rompuy digamos. Éstos si que son mosqueteros de verdad (y por ende su número permite además contar con presidente del Parlamento europeo).

viernes, 15 de enero de 2010

Los teletubbies de la Rue de Loi

Tengo un crío que a pesar de tener sólo año y medio se está enganchando a los Teletubbies, y yo como buen padre, también. Ya me pasó antes con la primera de la casa. Lo que más me gusta de los Teletubbies es el inicio de cada capítulo, cuando cantan al unísono, "siempre abrazos" y se aplican con ingente efusividad. No me extraña que ciertos neocons norteamericanos esos que nunca ríen los censuraran.

Yo vivo en otro mundo. Claro. El del Tratado de Lisboa, cuyos partidarios han aclamado hasta la saciedad que Europa iba a poder finalmente tener una voz cantante en el mundo. No va a ser fácil. Torreblanca y Colombani subrayaron hace unos meses, durante las celebraciones de la caída del muro, que una de las consecuencias más notables de lo que pasó en 1989 es que Europa perdió definitivamente su papel central en el mundo, en beneficio de Asia. Los dos artículos revelan de hecho una opinión generalizada de muchos estudiosos de la política exterior europea a los que les hubiera gustado una Europa con una política exterior más fuerte, más coherente, más capaz. Se supone que el Tratado de Lisboa, con los nombramientos de Van Rompuy y de Asthon permitirá invertir la tendencia. Eso cree López Garrido, nuestro Secretario de Estado para esta cosas, que escribía en El País que con el Tratado Europa cambia hoy, en referencia a su entrada en vigor (el 1 de diciembre 2009 para aquellos que no se hayan enterado). Puede, pero me temo que para ello se han complicado las cosas aún más. Y ya lo estoy padeciendo, todavía no sé quiénes son mis jefes aunque mi subconsciente siempre me repica ¡quieto ahí! ¡los ciudadanos! Vale, pero ¿y antes? ¿esos que están entre yo y los ciudadanos?

Y en estas veo a los teletubbies y me digo, ¡pero si son también cuatro quiénes están dirigiendo las instituciones europeas!: Von Rompuy el Consejo Europeo, Barroso la Comisión Europea, la baronesa Asthon el Servicio Exterior y Zapatero la Presidencia de turno podría añadir al Parlamento Europeo pero los teletubbies son cuatro, lo siento ¿a quién va a llamar Kissinger por teléfono? Mejor que made correo electrónicos y copie el mensaje a los cuatro.

jueves, 7 de enero de 2010

El cambio climático produce escalofríos‏


Parece mentira que con esta nieve y frió árticos que padecemos desde hace un mes los líderes mundiales reunidos en Copenhague no fueran capaces de alcanzar un acuerdo para combatir el cambio climático. La XV Conferencia de la ONU sobre el cambio climático de diciembre fue un fracaso total, como han sido un fracaso hasta ahora las políticas llevadas a cabo desde la primera cumbre de Río en 1992, incluidas las emprendidas por la tan predicadora Europa, que apremia al cambio de compás, pero que sólo ha reducido sus emisiones un 3.3% en el período 1990-2007 según las estadísticas de la Agencia Internacional de Energía (que también cuentan que la España del ladrillo las ha incrementado un 67.5%, EEUU un 18.6% y China un 170.6%).

Rebobinemos. La UE ratificó el Protocolo de Kyoto en 2002 por cierto durante la presidencia española cuando Jaume Matas, el del palacete en Palma, era Ministro de Medio Ambiente pretendiendo reducir sus emisiones un 8% con respecto al nivel de emisiones de 1990. También estableció un mercado de intercambio de emisiones que está en la City de Londres y que vistos los resultados parece no más que un chiringuito financiero. La UE ambiciona ahora reducir el nivel un 20% en 2020 en comparación con los niveles de emisiones de 1990 y condiciona a aumentar la reducción hasta un 30%, si el esfuerzo mundial es mayor. En Copenhague la oferta europea cayó en saco roto y el mundo sólo convino a no aumentar la temperatura en el planeta más de 2º C, límite a partir del cual los consecuencias climáticas serían probablemente irreversibles y se supone catastróficas. No se fijaron reglas ni objetivos concretos por lo que cada país continuará a hacer de su capa un sayo.

¿Quién tuvo la culpa? China es la gran responsable para algunos por no querer sacrificar su crecimiento económico pero obvian que China podría exigir el derecho a contaminar a un nivel per capita equivalente al norteamericano o europeo. Su nivel actual per capita es ciertamente menor. América reniega aún a objetivos apremiantes y Obama no se mojó porque no tiene apoyo del Capitolio para más. El mundo en vías de desarrollo preguntaba quién iba a compensar su renuncia a no contaminar. Otros incluso acusan a la propia Dinamarca por tratar de negociar un acuerdo en petit comité, sin tener en cuenta el trabajo multilateral realizado durante dos largos años por la ONU. Y luego están los europeos, que se quedaron a dos velas, ninguneados por las naciones emergentes, Brasil, China, India, Sudáfrica, por su inaudita candidez lo que le sirve para traer acolación al antiguo primer ministro belga y ahora eurodiputado Verhofstadt que si la UE no se federaliza de una vez por todas, terminará por convertirse en la Suiza del mundo.

La demanda de energía en el mundo se va a duplicar de aquí al 2050 pero las emisiones deben reducirse la mitad para mitigar el cambio climático. Nuestro modelo actual de crecimiento económico es voraz en recursos energéticos y por lo tanto debe cambiar ¿Qué hacer? Un contrato mundial como se esperaba en Copenhague no es probable mientras estemos metidos en una tragedia de los comunes, que cómo describió Hardin en la revista Science en 1968, refleja una situación en la cual individuos que actúan por interés propio, de manera racional pero cada uno por su cuenta, acaban destruyendo un bien común el clima en nuestro caso sin desearlo en primer lugar. Bjørn Lomborg en su día escéptico con el cambio climático aboga en el FT por un cambio de enfoque no tan centrado en las políticas de mitigación de emisiones sino en invertir 50 veces más de lo que hacemos en la actualidad (que significaría 100 billones de dólares cada año) para lograr el cambio tecnológico que reduzca nuestra dependencia de las energías fósiles. Entre tanto, el siglo XXI pertenece a Asia, por crecimiento económico y población y no creo que vayamos a conseguir mucho hasta que China (y la India) cambien de parecer. China necesita fuentes ingentes de energía, principalmente del carbón, que es su recurso principal y cada semana inagura una o dos centrales térmicas de carbón para cubrir sus necesidades y poder exportar esos productos baratos que tanto nos gustan en occidente. La India va por el mismo camino. Sin ellos a bordo, y sin cambio de modelo, nos vamos a calentar de lo lindo. Produce escalofríos pensarlo.