martes, 30 de noviembre de 2010

La mano



Nieva, nieva, nieva por doquier en estos días
finales de otoño. Todo está blanco. Como las caras de los jugadores del Real Madrid tras la primera entrega del Clásico 2010-2011. 5-0. Probablemente la única satisfacción que ha tenido President "Z" en muchos meses. El virrey Montilla trasquilado. Marruecos desbocada en el Sahara Occidental y contrariado con nuestra prensa y los testimonios de sus haceres autoritarios en el Sahara Occidental, (y en esas aparece Moratinos, el Ministro que sabía cómo hablar con autócratas). Los mercados comiéndose a bocados nuestra deuda cada vez más insostenible. El FMI y el préstamo de Alemania a la vuelta de la esquina. Austeridad. Wikileaks revelando que nuestra Fiscalía estaba a los pies del amigo norteamericano y cosas que sacaran más adelante. Muchos años de frivolidades que ahora pasan factura sin piedad. Como las de Florentino.

¿Cómo puede ser "Z" del Barça si todo lo que hace parece sacado del Madrid? Fracasa, cambia entrenador. Humildad. Qué va. Más ricos que Italia y los franceses quedaban cerca. Qué hemos sido el gobierno que más ha gastado en política social. Pues toma un nivel de paro de 20%. ¿Por qué preparar el país para el futuro si eso causa dolores y resta votos? Necesitábamos efectivo, pues recalificamos la ciudad deportiva y gastamos otros 30 millones en un par de piernas en el mercado de invierno. ¿Para qué queremos la cantera cuando podemos comprar la de los demás? Políticas neoliberales (dejar hacer, dejar pasar, burbujas y porches cayenne) cuando todo iba de perlas y políticas neoliberales (recortes, liberalización del mercado laboral, impuestos más altos a las rentas del trabajo pero no al capital, reforma de las pensiones, eso trabajar más para ganar menos) cuando la cosa está fea. Vaya unos socialistos. ¿Hay o no hay un modelo diferente para el Real Madrid? perdón ¿para España?

En el Barça, a decir verdad, no es oro todo lo que reluce. Tiene sus deudas y contradicciones como llevar en la camiseta Unicef e ir de tournée a Uzbekistán (un lejano Marruecos pero a lo bestia). Pero estila más humildad, saber hacer, colectivo y juego bonito. Un política de resultados que no se hace a golpe de talonario, sino pase tras pase en los entrenamientos, desde pequeñitos, en la escuela. Los cinco goles del Barça los marcaron cuatro españoles de Cataluña, Asturias y Canarias. Tres canteranos en un equipo con mayoría de canteranos. Pensando a medio y largo plazo. Planificar. Buscar la excelencia cómo dicen los MemosBeAs. Y encima ganan.


Mourinho ahora dice que lo del 5-0 fue sólo un partido más, que queda mucha liga, que el ganó una Champions a un Barca que, por cierto, tuvo que cruzar media Europa en autobús para jugar en San Siro. Que hay un partido de vuelta. "Z" mirara con el rabillo del ojo a Montilla y pensara que le queda todavía mucha legislatura, que esto lo puede arreglar él solito y sus 30 gran empresarios, que también puede ganar las próximas elecciones porque el PP es como el Atlético, un pupas, y la mitad de sus dirigentes unos Giligilis si dejaran terminar a la justicia su labor. En fin, ayer se quedó Mourinho en blanco y todos sus jugadores blancos, como su casillero. ¿Tiene el Madrid a otro del Bosque?

viernes, 12 de noviembre de 2010

Bárbaras justificaciones


Primero Blair, luego Bush y el último González (en versión entrevista larga) nos han abierto sus corazones para justificar sus actos más polémicos mientras gobernaban estos mundos. Tarde o temprano todos los ex hacen examen de conciencia, para redondear sus generosas pensiones con suculentas memorias (en el caso de Blair cedidas a las asociaciones británicas de excombatientes) e intentar ganar de nuevo el afecto o al menos la comprensión de muchos de sus súbditos desilusionados con el balance de sus actos y decisiones.


¿Qué tiene en común estos tres gobernantes? La guerra sucia. Sucia fue la guerra de Irak y los GAL. Blair con su falsa sonrisa nos recuerda que non, rien de rien, non, je ne regrette rien , que la invasión de Irak fue justificada porque Sadam era un dictador muy malo. Atrás quedan las nunca halladas armas de destrucción masiva y sus chapuceras maniobras para manipular a la opinión pública para que si no apoyáramos, al menos tácitamente consistiéramos la guerra. Bush es menos escrupuloso y justifica sin tapujos las torturas de asfixia simulada porque sus consejeros le dijeron que eran legales y porque salvaron vidas norteamericanas. Contra la guerra del terror, terror, o lo que es lo mismo pongámonos a su nivel. La ilustración, el Estado de derecho y el derecho internacional por la borda. En cuanto a González, nuestro ex confiesa que pudo volar a la cúpula de ETA, y no lo hizo, aplaudamos pues, pero esto también da a entender que él sabía lo que estaban cocinando y ejecutado las más tenebrosas fuerzas de seguridad del Estado. Y de Roldán y sus fechorías, nada de nada, como los trajes de Camps.


Triste es que todos ellos sean recordados por estos hechos y no por muchos de sus aciertos, que muchos habrá, ya lo creo. Pero estos tres casos muestran que gobernar en tiempos revueltos no es para pusilamenes. El precio a pagar para gobernar es el ejercicio las veces de amoralidad o más bien de inmoralidad, como tan claro lo relató Maquiavelo hace siglos con su clarificador El Príncipe. No llega a ser el primero del partido, el más santo sino el más astuto, persistente y feroz. Es el precio a pagar por vivir en cancillerías y entrar en los libros de historia. O no, siempre tuvieron oportunidad para cambiar de parecer, decir que no, cambiar el rumbo de las cosas, renunciar . Y no lo hicieron.


Bueno sería que nuestros gobernantes escucharan más a menudo Killing in the name of de Range Against The Machine y qué ejemplarizante sería que Blair, Bush y Gonzáles hubieran respondido a sus consejeros Fuck You, I Won't Do What You Tell Me a la hora de la verdad.