miércoles, 30 de abril de 2008

La belguitude y el daerdenismo

El sistema político belga es bizantino por no decir incomprensible. El país tiene decenas de ministros repartidos entre un gobierno federal, tres gobiernos regionales y tres comunidades (flamenca, valona y alemana). La falta de ejecutivo federal durante medio año por disputas entre los partidos principales habría causado en otro país una situación insostenible de irresponsabilidad política pero en Bélgica, no pasó realmente nada. La gente casi ni se dio cuenta y siguió con sus quehaceres cotidianos, sin más, aunque los periódicos y medios martillearan que la situación era estrambótica. Es la ventaja de vivir en un país tranquilo, acostumbrado a estas vicisitudes surreales que jalonan su democracia ya casi bicentenaria. Y oh milagro, el nuevo gobierno del país tuvo un parto largo pero al final casi todos los partidos entraron en el ejecutivo. Las elecciones deciden quién será el Primer Ministro pero las negociaciones para formar un gobierno requieren coaliciones que aseguran un ministerio para cada uno. Así si los liberales de Verhofstadt perdieron las elecciones pero no el coche oficial y un par de ministerios. En fin, hoy quiero presentar un verdadero representante de la autentica política belga. Michel Daerden. Un par de videos ilustran mejor que nada por qué es el más seguido en la red. Imagínese a Michel en España. Losantos se rasgaría las vestiduras. ¡qué favor nos haría!



Por cierto, Michel Daerden es el Ministro de Economía, Finanzas e Infraestructuras del Gobierno Valón, Ministro de Finanzas de la Comunidad Valona y alcalde de Ans. El motto de Daerden lo dice todo: "Travailler sérieusement... sans se prendre au sérieux"

Slow blogging

Unos amantes de la buena mesa crearon el movimiento slow food (comida lenta) hace un par de décadas para denunciar los estragos que estaba causando la fast food (comida rápida) o macmundialización en nuestras culturas culinarias europeas. Yo confieso que eso de la comida lenta me parece encomiable, pero no cuando tengo que cocinar yo. Eso sí,  lo que de verdad practico es el slow blogging, en otras palabras, me dedico al blog muy de tarde en tarde, como queda demostrado en estas mis páginas de la red. Los principios fueron prometedores, creía que podría escribir un par de entradas cada semana, pero voy camino de completar unos cada mes, a mi ritmo. Soy lento pues. Pero esto ira por rachas. Slow blogging, no por falta de ideas, simplemente porque uno no puede cocinar todos los días. 

sábado, 5 de abril de 2008

Si la leche fuera petróleo Galicia sería Tejas

Durante uno de los debates Zapatero-Rajoy de la campaña electoral, se mencionó que el precio de la leche, como el de otros alimentos, está por las nubes. Rajoy le echó la culpa a Zapatero de que subieran los precios. No faltaba más. Zapatero le recordó a Rajoy su tontería de Alemania, dónde dijo que la leche era más barata. No sé yo quién es responsable y dónde es más barata pero la leche se paga hoy en día en el super a precio de petróleo, y cada vez que me tomo un latte me acuerdo inevitablemente de Dallas y JR al rascarme el bolsillo. Hay que explicar mejor el problema.

Por ejemplo, que la leche sea cara no debería ser una desgracia en si misma, un castigo del señor, sino una ocasión espléndida para aumentar el PIB de los gallegos. Venezuela suda petróleo y no tiene suficiente leche. Galicia tiene vacas pero en sus rías sólo flotan bateas que no plataformas petrolíferas. Galicia debería exportar leche a Venezuela y Venezuela exportar gasolina a Galicia. Un trueque como hacen con Cuba y sus médicos. Todos saldríamos ganando y además aprovecharíamos el puerto exterior o los varios puertos exteriores que tenemos. Qué en puertos y aeropuertos no nos vence nadie

Pero no puede ser. Bruselas tiene la culpa. Y Madrid también. Ya no quedan suficientes vacas. La PAC o política agrícola comunitaria fija cada año cuotas lácteas y los españoles recibimos menos cuota incluso de los que consumimos y debemos importar leche y yogures. Y para más inri,  nuestros ganaderos y agricultores reciba una miseria por su trabajo mientras sus productos se venden a precio de oro (http://www.lavozdegalicia.es/dinero/2008/03/13/00031205410318593944687.htm). La PAC terminó de verdad con ese país de un millón de vacas que nuestro bardo, Manuel Rivas, tan bien ha descrito. Bruselas y Madrid lograron que el campo gallego aparcara sus delirios ganaderos mediante una reconversión tan cruel como la vivida por el sector minero o metalúrgico. El campo gallego sufrió, sus gentes más. Y España ganó porque a cambio de importar leche y carne de Francia, Holanda y Dinamarca, España despacha sus frutas y verduras por media Europa (cuando no nos queman los camiones). Una de cal y otra de arena. A nosotros nos tocó la cal y ahora que la leche cuesta como el petróleo y Bruselas aumenta las cuotas para frenar los precios (http://www.elmundo.es/mundodinero/2008/03/17/economia/1205771558.html), ya no nos quedan vacas para convertir a Melide o Cerceda en Dallas. Olvidémonos de la PAC y multipliquemos nuestras vacas, pero que éstas no coman cereales, que también están muy caros, sino la hierba del país.