viernes, 4 de marzo de 2011

El dinero sucio de los dictadores

LSE —The London School of Economics— mi Alma Mater. Su director Howard David, acaba de dimitir por haber hecho tratos y aceptado donaciones para la universidad del hijo de Gadafi, Saif el Islam, y realizado trabajos bien remunerados de consultoría para el fondo de inversión libio.

Si artistas
como Beyoncé, Nelly Furtado o Mariah Carey han devuelto el escandaloso dinero que recibieron de los hijos de Gadafi por unas cuantas canciones, la LSE no podía ser menos. Han hecho lo honorable tras equivocarse al hacer negocios con la banda de un dictador. Quizás en aquellos momentos no era obvio, ahora los acontecimientos han desgraciadamente demostrado que Gadafi y cia no habían cambiado tanto de parecer y actuar. Tarde o temprano la realidad no permite equívocos y uno debe rendir cuentas. Es la escasa satisfacción que nos queda. Pero es necesaria.

¿Debe uno hacer negocios con un dictador y sus acólitos que claramente está robando a su gente? La pregunta tiene enjundia. Me gustaría escuchar la respuesta de Bono tras su viaje pagado por los españoles a Guinea Ecuatorial,
dónde desde hace décadas un dictador y sus compinches están —a parte de pisar sin reparos los derechos humanos— desvalijando a espuertas el país .

Realismo. Pragmatismo. Oportunismo. Si no somos nosotros son otros. Y yo diría, hay otras formas de ganarse el pan y el porche Cayena. El dinero nos vuelve a todos imbéciles. Y su resplandor, aún más si es fácil, nos pone los ojos chiribitas. Pero el dinero no cae nunca del cielo. Es nuestro deber preguntarnos si ha sido obtenido de manera legal o ilegal y actuar en consecuencia. Alguno me dirá que el dinero de Gadafi era dinero legal, según la ley libia que el mismo promulgó, y según nuestras propias leyes que permitieron hacer negocios con su régimen. Es verdad. Pero no todo lo legal es ético. Sobre todo cuando es tan obvio que el dinero viene de un dictador cleptómano (por definición es harto complicado encontrar uno que no lo sea).

En Libia ya ha empezado una guerra civil. Y si no hay algún tipo de intervención, el conflicto puede alargarse y el número de victimas multiplicarse innecesariamente. Como en nuestra España de los 30 o en Yugoslavia de los 90 ¿Europa seguirá mirando para otro lado durante más tiempo?

Gadafi ha dejado muy claro que no va a marcharse del poder y que como buen dictador va a morir como ha vivido desde siempre, con las botas puestas y matando. Nuestra ministra Trinidad J.
nos dice que Gadafi ya no tienen legitimidad. Obama también. Pero para mi, Gadafi nunca la tuvo ¿O es que dictaduras y dictadores legítimos?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora la ONU ha intervenido y la situación, lejos de mejorar, sigue empeorando. Quizás si la ONU no tuviera tratos con dictaduras ahora no tendríamos que lamentar muertes. Pero quizás, solo quizás, eso molestase a algunos amigos poderosos de Occidente. De todas formas, puestos a intervenir, la ONU debería de mirar un poco más lejos del mediterráneo, donde está la África de verdad, donde un conflicto como la Guerra del Congo ha dejado siete mil millones de muertos y nadie hace nada. Claro que en el Congo no hay petróleo.