miércoles, 21 de octubre de 2009

¿Parla Moratinos català en la intimitat?

España parece que se está especializando en dictaduras. Visita a Guinea Ecuatorial, Libia, Siria y ahora Cuba. Aznar hablaba catalán en la intimitat para llevarse el gato Pujol al agua. O eso creía. El Ministro Moratinos ha ido a Cuba para darle un giro a la política europea con la isla y Raúl le ha recibido como se esperaba y, cómo no, le hizo un hueco en su ajetreada agenda. Más cuando Moratinos evita hablar en publico de derechos humanos y disidentes. Una charla entre socialistas diran, unos que se creen todavía marxistas y otros ya no desde el congreso extraordinario Forjando el socialismo de Madrid de 1979.

Moratinos confía que esta política dará mejor resultados para llevar la democracia a Cuba. Los valientes disidentes no opinan lo mismo. La también valiente Generación Y tampoco. Espero que la democratización de la isla sea el objetivo último de tanto viaje y que, si es verdad que cada vez que Moratinos va a la isla liberan a algún preso político, pues ¡qué vaya todas las veces que le apetezca, mejor todas semanas a ver si se vacían las galeras cubanas de una vez por todas!


sábado, 17 de octubre de 2009

Turquía es tan Europa como la Guayana


Estuve hace unas semanas en la terraza del Hotel Golden Horn, desde dónde se disfruta una de las mejores vistas de Estambul. Cosa nada fácil porque al igual que la otra capital de la cristiandad, Roma, Estambul ofrece multitud de perspectivas, cada cual mejor que la anterior. Y en esas al salir a la terraza dije sin pensar "esto tiene que ser nuestro" que significa en lenguaje políticamente correcto, Estambul (y Turquía) tienen que entrar en la Unión Europea. Y si finalmente no los admitimos mereceremos el peor de los peores desdenes de la historia. Y si finalmente lo hacemos, cuadraremos de una vez el círculo europeo.


No nos engañemos. Queda mucho por hacer. La Comisión Europea acaba de publicar su informe anual sobre la perspectiva de adhesión de Turquía la UE y como era de esperar pintan todavía muchos bastos. Han habido avances pero la democratización y la mejora de sus relaciones con los vecinos siguen siendo muy desiguales. Al contrario. Hay que aplicar la enseñanza y verso de Antonio Machado "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar". Y se está en ello aunque tenga que durar una década más y haya que espera a que Sarkozy se jubile (si no le reemplaza su hijo Jean, savia elite por acomodar).


Concibo este proyecto europeo, la adhesión de Turquía, como el más trascendental en la actualidad. Hecho el mercado común, el euro, Schengen, la ampliación a los países del telón de acero, queda completar el mapa de Europa, que incluye los Balcanes y Turquía. Es un proyecto que cambiará el marco político e institucional europeo, los turcos serán el país más poblado de la Unión, tendrán más votos en el Consejo y diputados en el Parlamento y su crecimiento económico le dará tanta seguridad como la de los nuevos conquistadores españoles en Latinoamérica. ¿Y qué? ¿no podemos adaptarnos a una nueva realidad en un mundo en el que cada vez cuenta menos al DNI? ¿Y no me digan que son musulmanes y muchos? Ningún tratado dice que Europa debe ser cristiana o que el tamaño de la población es un criterio de adhesión. Tampoco que Europa termina en el Bósforo y que Asia menor no es Europa. Y si así lo fuera ¿qué hacen la Guayana francesa o la Reunión en la Unión Europea?

jueves, 8 de octubre de 2009

Fronteras sin alma (Segunda parte)


¿Qúe buscan los emigrantes ilegales saltándose desesperados nuestras fronteras sin alma? Vivir mejor, noble aspiración sin duda ¿Y qué buscan nuestras políticas de separación y expulsión? Ahorrarse los inconvenientes. Malo. No me gustan un pelo estas políticas ciegas de la emigración. Más si se aplican delante de las cámaras, buscando el mayor impacto mediático posible, mostrar la mano inflexible de nuestras leyes menos solidarias, sin titubeos, sin evocar un ápice que tratamos con personas y no con viruelas. O peor, sacándonos los pobres de encima, llevándolos a Gaddafia como reprochan sin respuesta el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o las ONG de derechos humanos. Y qué decir de esas viles leyes que pretenden criminalizar la ayuda a los emigrantes ilegales. La caridad misma.


Seamos francos. Con estas políticas no vamos a solucionar nada. The Guardian publicó también hace un par de semanas una editorial a colación del desmantelamiento de "La Jungla" que titulaba: Emigración, actúa primero y piensa después, y que presenta con acierto cómo sólo interesa actuar y no pensar como atajar el problema, porque es un problema, de seguridad y de humanidad. Y en estas el Ministro francés de la emigración, Eric Besson, que tiene uno de los peores trabajos que puede haber declara sin más mientras vaciaba "la Jungla", que la acción policial tenía como destinatario último las redes que trafican con ilegales. Seguro que alguno de estos mafiosos invisibles está tronchándose de risa mientras se agolpan nuevos elegidos en sus particulares "agencias de viajes". Quizás la ONU tenga razón. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo acaba de publicar un informe sobre la emigración titulado Superando barreras: Movilidad y desarrollo humanos, que aboga por un derecho universal a la movilidad ¿Dónde hay que firmar?

Fronteras sin alma (Primera parte)



Soy hijo de inspector de aduanas pero no me gustan las fronteras, ni los pasaportes ni los visados. Tampoco las verjas ni las barreras, y menos aún las alambradas o los mal llamados muros de la paz que jalonan Irlanda del Norte o Palestina. La Europa Schengen declaró toda la industria intramuros obsoleta y ya me he habituado a su ausencia, como a la de la peseta, sin reparo o compunción alguna. Un adelanto vamos. Este desapego a las demarcaciones de la historia es fruto de muchos viajes o amistades por el mundo y si se estiraran mis creencias más recónditas, confieso que ya no creo ni en las nacionalidades, que como todas las religiones de señor o más allá, si aspiran a democráticas, sean bienvenidas, y si no, contestadas. Somos, confío, ciudadanos del mismo planeta, y aunque los Estados quieran subordinarnos con patéticas leyes de ciudadanía y banderas que requieren en algunos casos idiotas exámenes de patriaquerida que suspenderían la mayoría no deberíamos olvidar que para resolver la dificultades que nos afligen necesitamos algo más que el G20.

Y en esas llega el problema de la emigración ilegal y mal sabemos cómo atajarlo. O creemos saberlo levantando muros y patrullando los mares para ahuyentar más que gestionar las vidas de los emigrantes. En vano. La política de separación y de expulsión no está siendo nada fructuosa. Por ejemplo, muchos de los inquilinos afganos de la "Jungla" de Calais que confiaban en alcanzar las tierras de Inglaterra, han terminado su mísero periplo, como informa el conservador Daily Telegraph, bajo el yugo de la policía sarkoziana rumbo de vuelta a Kabul, pero con un buen fajo de billetes (1900 libras esterlinas) y probablemente la certitud de que hay que volver a intentarlo. Porque incluso con un 25 % de paro somos ricos, aunque no nos lo creamos en este mundo de diferencias abismales.