viernes, 24 de octubre de 2008

El cambio climático, la libertad de opinión, y la irresponsabilidad

Aznar acaba de presentar el libro del presidente checo, Vaclav Klaus, "Planeta Azul (No Verde)", en el que arremete contra la teoría del cambio climático y las medidas emplazadas para combatirlo, que recordemos van a costar mucho, mucho dinero. Klaus y Aznar desafían el consenso general sobre el cambio climático con innegable quijotismo aunque, a mi parecer, rayando en la irresponsabilidad entrando en cuestiones del ámbito de la ciencia (de la que evidentemente no son expertos ningunos de los dos). Sospecho que lo que realmente desean es marcar un punto contra los ecologistas y seguir siendo invitado en las fiestas de petroleros tejanos.

Aznar y Klaus argumentan que la teoría del cambio climático es dogmática y refutable y atacan los "ayatolas" del ecologismo por pretender decretar cómo debemos vivir nuestras vidas. Frente a ello defienden que la "libertad humana, la innovación y el mercado serán suficientes para preservar nuestra prosperidad". Aznar y Klaus tiene razón al recordar que la teoría del cambio climático es una teoría, y por lo tanto según la metodología científica al uso, formulada con argumentos falseables (refutables) pero necesariamente fundamentada por la observación, análisis e interpretación de datos reales. El consenso general de la ciencia, por el momento, es bastante unánime al afirmar que el calentamiento global es un fenómeno evidente que nos afecta ya a todos, y que debemos cambiar nuestra forma de vida para evitar que el problema actual se agrave, y vaya a costar más. El
Informe Stern, realizado por encargo del gobierno británico en octubre 2006, analiza el impacto económico (que no humano o ecológico) del cambio climático y concluye que si no se toman las medidas adecuadas de manera urgente, la economía mundial se expone a una seria recesión de hasta el 20% del PIB mundial. La prosperidad está así en juego.

Klaus y Aznar provocan y nadan contracorriente con formidable autosuficiencia y por ello me recuerdan a los defensores del creacionismo. El creacionismo rechaza la teoría de la evolución de Darwin y propone la teoría del "diseño inteligente", que argumenta que Dios está detrás de la creación de todas las cosas. No obstante, me parece que el creacionismo tiene mucho trabajo por delante como teoría científica para demostrar que Dios ha creado a los dinosaurios. A lo mejor Dios también quiere que nos achicharremos todos. El Papa debería cambiar su sotana blanca por un tono más verde.

Vargas Llosa hijo publicó con de Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Alberto Montaner un libro titulado "
Manual del perfecto idiota latinoamericano" cuando Aznar tan bien gobernaba nuestra España, y que fue de muy buen leer en los círculos neocon en los cuales Klaus y Aznar tienen tantos devotos. El libro arremete de manera mordaz contra los izquierdosos y marxistas latinoamericanos por las innumerables tonterías que han pronunciado, por ejemplo para justificar el régimen de Castro. El libro tuvo su actualización una década más tarde con "El regreso del perfecto idiota latinoamericano", que amplía la lista de "idiotas" con ilustres como Harold Pinder, Noam Chomsky o Ignacio Ramonet. En esta línea, sugiero que Klaus y Aznar deberían escribir a dos manos un libro de corte similar, que podrían titular "Manual del perfecto idiota ecologista" y en el que con un poco de modestia pondrían asignarse un puesto destacable.

viernes, 17 de octubre de 2008

Hacer memoria para pasar página y el ejemplo australiano (Primera parte)

Hace una semana participé en una reunión con Alexander Downer, que fue ministro de Asuntos Exteriores de Australia durante más de diez años, de 1996 a 2007. Tiene sin duda buenos oficios, brillante e irónico, marcando distancias con la flema británica que tenía delante. Confieso que tenía mucha curiosidad por conocerlo y que me gustó. Uno de mis grupos preferidos es Midnight Oil, también australianos, y su cantante Peter Garrett, es ahora ministro de Medio Ambiente, Patrimonio y Cultura del gobierno de Kevin Rudd, el Zapatero de Down Under. En su día Midnight Oil y Peter Garret no cejaron de criticar al gobierno de John Howard y Alexander Downer, que como líderes del partido liberal (que se llama liberal pero es más conservador que otra cosa) lograron que medio mundo considerara a Australia un país de mezquinos, redneck wonderland como cantaban los Oil.


John Howard fue un autentico alterego de nuestro Aznar, sin bigote y sin fotos de las Azores, pero también trasformando a Australia en el mejor aliado de Bush en el hemisferio sur y enviando tropas a Irak. Durante su mandato, además, se negó a firmar Kyoto, quiso quitarle una parte de sus reservas de gas y petróleo a Timor del Este y, en uno de los episodios más posiblemente patéticos para un país de emigrantes, rechazó en 2001 que el barco MV Tampa desembarcara en la isla de Navidad cuatrocientos afganos que había pescado deambulando por el océano en su intento de llegar a Australia.

Pero lo que quiero hoy resaltar es otra cosa; algo que demuestra que una mal gobierno no debe retratar nunca a un pueblo. Durante demasiado tiempo Howard y los suyos rechazaron pedir perdón a la nación aborigen, diezmada durante siglos. Pero en acto de valentía y dignidad, como “Z” sacando las tropas de Irak, una de las primeras decisiones que tomó el nuevo gobierno de Kevin Rudd (y Peter Garret) fue exactamente eso, pedir perdón a los aborígenes con un discurso y un voto en el Parlamento federal australiano, sobrio pero de enorme simbolismo. Todo un modelo para nuestra España que desea encontrar a sus muertos y desparecidos de la guerra civil y pasar página. 



Hacer memoria para pasar página y el ejemplo australiano (Segunda parte)

En el colegio me enseñaron que Dios está en todas partes pero ahora que creo sólo en las cosas importantes, estoy convencido de que es Garzón quien está en todas partes. Parece mentira que tenga que ser Garzón quién tome iniciativa en este asunto, como en el caso Pinochet o en el GAL. ¿Por qué tiene que ser siempre él y no quienes tienen responsabilidades en este asunto? Ya sé, nuestro políticos son, a fin de cuentas, aprensivos si no cobardes, y prefieren sortear este tema lacerante, ignorando a los cientos de españoles que peden simplemente poder enterrar a sus muertos y desaparecidos donde ellos quieren. Muchos han tenido que organizarse en ONGs para poder así hacerlo, sin el apoyo institucional debido, aplicando iniciativa privada como la sanidad que desea implantar la Señora Aguirre en la Comunidad de Madrid.

No comprendo tanta polémica y que haya gente que no acepte lo que Garzón pretende con sus triquiñuelas legales. En nuestro país, por desgracia, todo está politizado, todo es sectario, también los muertos. Siento que el PP, entre otros, está perdiendo su alma tranquila de nuevo, que tanto le está constando a Rajoy germinar. Hasta ha vuelto a aparecer Fraga, que de este tema sabe mucho. Todos haciéndole el juego a aquéllos a los que los muertos les importa poco (porque en el gobierno también han ignorado a los muertos y desaparecidos) pero que desean que el PP vuelva a las andadas. Garzón es el último recurso para muchos. Una Fátima o Lourdes para cientos de españoles que ven que sus instituciones y los dirigentes que las gobiernan no los amparan. La verdad de todos los bandos tiene que salir adelante. Por muy doloroso que sea, no es sólo de justicia, es de caridad.

Alexander Downer vino a Bruselas a hablar de Chipre. Está trabajando ahora para las Naciones Unidas, mediando en las negociaciones para la reunificación de la isla. Allí, en Chipre, también tienen sus muertos, fosas y desaparecidos de la violencia intracomunitaria entre griego y turco-chipriotas que terminó con la división de la isla en 1974. Allí, como en España, muchos están esperando el día que puedan enterrar a sus muertos y desaparecidos en paz.

 

lunes, 13 de octubre de 2008

La calculadora no funciona con tantos ceros

Las malísimas noticias relativas a la crisis financiera y económica, que nos está llevando por los senderos de la aurora, dominan las páginas de todos los periódicos. Las cifras abruman y estamos aprendiendo, sin quererlo, economía y finanzas a marcha forzadas, lo que ya nos permite hablar de fondos y liquidez con la misma seguridad con la que discutimos a grito pelado sobre tácticas de fútbol mientras tomamos la enésima caña. En esto la crisis es democratizadora. A todos nos toca de una u otra manera, aunque los que pagarán más porque tienen menos son los de siempre. Es el fin del capitalismo que hemos saboreado toda esta última década, tal como explica con su inteligencia habitual Timothy Garton Ash en El País. Del crédito blando y del dinero fácil.

Cambio de tercio. Nuestro presidente "Z" ya no puede hablar más de desaceleración aunque sabiendo como las gasta reconocerá que la economía sólo "va marcha atrás para coger más carrerilla", todo con no citar las palabras crisis o recesión, que no son feng shui. Esto me permite evocar otro artículo, también reciente, de Roger Cohen en el
International Herald Tribune sobre "Z" y su (inexistente por no decir mala) relación con Bush. Hay una frase que dice todo sobre la personalidad y valores de "Z": Zapatero is a wry, polished, suave politician, a socialist with that European socialist habit of being amused by almost everything and committed to almost nothing. O sea, Zapatero es un político torcido, fino, afable, un socialista con esa costumbre de los socialistas europeos para sorprenderse por casi todo y no comprometerse con casi nada. Con todo, mejorar la marca de nuestro "ex", después de la foto de Azores y su falta de contrición no es jauja. Muchas flexiones le quedan a "Z".

El sistema se quiebra, pues, y nuestros banqueros piden, como siempre es habitual en ellos, que sea
Europa quien nos salve, lo quiere decir que habrán víctimas colaterales pero no responsables (que palabra tan vacía de sentido). Finalmente parece (porque no hay todavía nada claro con tanto plan reparador) que los líderes europeos se han puesto de acuerdo para colocar todos nuestros impuestos futuros al servicio de la banca, para salvarlos el sistema de la quiebra, rezando para que semejantes medidas funcionen cual viagra salvador. Y a mí ya no me caben tantos ceros en la calculadora para saber cuanto nos va a costar.