lunes, 13 de octubre de 2008

La calculadora no funciona con tantos ceros

Las malísimas noticias relativas a la crisis financiera y económica, que nos está llevando por los senderos de la aurora, dominan las páginas de todos los periódicos. Las cifras abruman y estamos aprendiendo, sin quererlo, economía y finanzas a marcha forzadas, lo que ya nos permite hablar de fondos y liquidez con la misma seguridad con la que discutimos a grito pelado sobre tácticas de fútbol mientras tomamos la enésima caña. En esto la crisis es democratizadora. A todos nos toca de una u otra manera, aunque los que pagarán más porque tienen menos son los de siempre. Es el fin del capitalismo que hemos saboreado toda esta última década, tal como explica con su inteligencia habitual Timothy Garton Ash en El País. Del crédito blando y del dinero fácil.

Cambio de tercio. Nuestro presidente "Z" ya no puede hablar más de desaceleración aunque sabiendo como las gasta reconocerá que la economía sólo "va marcha atrás para coger más carrerilla", todo con no citar las palabras crisis o recesión, que no son feng shui. Esto me permite evocar otro artículo, también reciente, de Roger Cohen en el
International Herald Tribune sobre "Z" y su (inexistente por no decir mala) relación con Bush. Hay una frase que dice todo sobre la personalidad y valores de "Z": Zapatero is a wry, polished, suave politician, a socialist with that European socialist habit of being amused by almost everything and committed to almost nothing. O sea, Zapatero es un político torcido, fino, afable, un socialista con esa costumbre de los socialistas europeos para sorprenderse por casi todo y no comprometerse con casi nada. Con todo, mejorar la marca de nuestro "ex", después de la foto de Azores y su falta de contrición no es jauja. Muchas flexiones le quedan a "Z".

El sistema se quiebra, pues, y nuestros banqueros piden, como siempre es habitual en ellos, que sea
Europa quien nos salve, lo quiere decir que habrán víctimas colaterales pero no responsables (que palabra tan vacía de sentido). Finalmente parece (porque no hay todavía nada claro con tanto plan reparador) que los líderes europeos se han puesto de acuerdo para colocar todos nuestros impuestos futuros al servicio de la banca, para salvarlos el sistema de la quiebra, rezando para que semejantes medidas funcionen cual viagra salvador. Y a mí ya no me caben tantos ceros en la calculadora para saber cuanto nos va a costar.

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