Aznar acaba de presentar el libro del presidente checo, Vaclav Klaus, "Planeta Azul (No Verde)", en el que arremete contra la teoría del cambio climático y las medidas emplazadas para combatirlo, que recordemos van a costar mucho, mucho dinero. Klaus y Aznar desafían el consenso general sobre el cambio climático con innegable quijotismo aunque, a mi parecer, rayando en la irresponsabilidad entrando en cuestiones del ámbito de la ciencia (de la que evidentemente no son expertos ningunos de los dos). Sospecho que lo que realmente desean es marcar un punto contra los ecologistas y seguir siendo invitado en las fiestas de petroleros tejanos.
Aznar y Klaus argumentan que la teoría del cambio climático es dogmática y refutable y atacan los "ayatolas" del ecologismo por pretender decretar cómo debemos vivir nuestras vidas. Frente a ello defienden que la "libertad humana, la innovación y el mercado serán suficientes para preservar nuestra prosperidad". Aznar y Klaus tiene razón al recordar que la teoría del cambio climático es una teoría, y por lo tanto según la metodología científica al uso, formulada con argumentos falseables (refutables) pero necesariamente fundamentada por la observación, análisis e interpretación de datos reales. El consenso general de la ciencia, por el momento, es bastante unánime al afirmar que el calentamiento global es un fenómeno evidente que nos afecta ya a todos, y que debemos cambiar nuestra forma de vida para evitar que el problema actual se agrave, y vaya a costar más. El Informe Stern, realizado por encargo del gobierno británico en octubre 2006, analiza el impacto económico (que no humano o ecológico) del cambio climático y concluye que si no se toman las medidas adecuadas de manera urgente, la economía mundial se expone a una seria recesión de hasta el 20% del PIB mundial. La prosperidad está así en juego.
Klaus y Aznar provocan y nadan contracorriente con formidable autosuficiencia y por ello me recuerdan a los defensores del creacionismo. El creacionismo rechaza la teoría de la evolución de Darwin y propone la teoría del "diseño inteligente", que argumenta que Dios está detrás de la creación de todas las cosas. No obstante, me parece que el creacionismo tiene mucho trabajo por delante como teoría científica para demostrar que Dios ha creado a los dinosaurios. A lo mejor Dios también quiere que nos achicharremos todos. El Papa debería cambiar su sotana blanca por un tono más verde.
Vargas Llosa hijo publicó con de Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Alberto Montaner un libro titulado "Manual del perfecto idiota latinoamericano" cuando Aznar tan bien gobernaba nuestra España, y que fue de muy buen leer en los círculos neocon en los cuales Klaus y Aznar tienen tantos devotos. El libro arremete de manera mordaz contra los izquierdosos y marxistas latinoamericanos por las innumerables tonterías que han pronunciado, por ejemplo para justificar el régimen de Castro. El libro tuvo su actualización una década más tarde con "El regreso del perfecto idiota latinoamericano", que amplía la lista de "idiotas" con ilustres como Harold Pinder, Noam Chomsky o Ignacio Ramonet. En esta línea, sugiero que Klaus y Aznar deberían escribir a dos manos un libro de corte similar, que podrían titular "Manual del perfecto idiota ecologista" y en el que con un poco de modestia pondrían asignarse un puesto destacable.
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