martes, 4 de noviembre de 2008

Sin amigos no entraremos nunca en el G-20

La cumbre de G-20 del próximo 15 de noviembre no es un macrobotellón ni una fiesta fallera sino esa reunión en la que "Z" quiere participar a todo trance. Pero hay un inconveniente, la organiza el presidente Bush y, como todos sabemos, los dos no se llevan bien tras la "Anunciación" de que España retiraba sus tropas de Irak. En esta cumbre estarán, no ya las grandes economías, sino los peces gordos, y "Z" ha descubierto que es uno y que su participación es un asunto de Estado. Es más, por el esfuerzo diplomático requerido, Rey incluido, parece que por ahora es el asunto de política exterior más importante de su segundo mandato. Holanda y Polonia claro está, también quieren participar en la cumbre, lo que complica aún más las cosas. Sin embargo, el auténtico problema es otro; nuestro presidente ha desatendido la política internacional durante años y no ha sabido hacer buenos amigos, por los menos entre los dirigentes más influyentes. Ha decir verdad, Aznar sí supo hacerlo, pero yo calificaría esas amistades de peligrosas, y aún con ello no fue capaz de convencer a su amigo tejano de que España entrara en el G-8 (o 9 con Rusia), ni en el G-10 ni en el G-20. Con esas, Zapatero estará ahora recordando sus lindeces de que somos más ricos que Italia (y Berlusconi sí que estará, que para eso es el más rico de Italia) y que pronto lo seremos incluso más que Francia. Y seguro también que hoy "Z" estará como el Opus cuando no le gustan los papas, rezando para que el próximo presidente norteamericano sea "bueno", Obama para no engañarnos. Si gana McCain, ("el malo") lo tenemos más crudo aunque siempre le podrán organizar una fiesta flamenca como la del Coronel Gaddafi, nada menos que en El Pardo. En todo caso, vamos a ver si "Z" se asegura a mediados de mes una silla entre los peces gordos y empieza a hacer amigos de verdad. La política exterior es fundamentalmente eso, hacer amigos, y por ello debería ser un imperativo de la Educación para la ciudadanía, incluso si es en inglés como en la Comunidad valenciana, que por cierto facilitaría las cosas con Obama o McCain. Porque con Bush, poco hay que hacer.

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