sábado, 26 de marzo de 2011

Un portavoz de verdad

En un reciente artículo del País, titulado "Enterrando al soldado Manning" sobre las severas condiciones de aislamiento si no desproporcionadas a la que el Pentagono está sometiendo a Bradley Manning, soldado al que se le acusa de haber proporcionado los cables del Departamento de Estado a Wikileaks, nos recuerdan que el "portavoz de Hillary Clinton en el Departamento de Estado, P. J. Crowley, dijo en una conferencia ante estudiantes el 10 de marzo que el trato del Pentágono a Manning era "ridículo, contraproducente y estúpido". Se supone que un portavoz no debe decir nunca lo que piensa sino lo que le piden que diga. Patrañas incluidas. Crowley terminó por dimitir tres días después. Dimitir por decir lo que muchos piensan. Manning habrá cometido un crimen de Estado (a la justicia norteamericana corre demostrarlo) pero tratarlo cómo si fuera un desalmado terrorista, es como ha afirmado Crowley, llanamente "ridículo, contraproducente y estúpido". Eso, un portavoz de verdad que probablemente ha estado trabajando durante demasiado tiempo para los histéricos que creen poder gobernar este mundo, que irremediablemente se les está yendo de las manos.

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