La leche por los suelos

El 16 de septiembre Le Soir publicó una serie de fotos que ilustran la crisis que vive el sector lácteo. 3 millones de litros derramados en señal de protesta y la foto se ha repetido por desgracia en diferentes lugares. La foto que ilustra esta entrada proviene del European Milk Board, que es el lobby de los productores, y en su página web hay muchas más. Los productores no pueden seguir ganándose la vida con los actuales precios de compra, entre veinte y treinta céntimos por litro, cuando el tetrabrik cuesta el doble o triple como mínimo en el supermercado, la diferencia se lo lleva la industria y los distribuidores. Muchos agricultores quieren seguir disfrutando de cuotas y precios garantizados tal como regula Bruselas desde hace décadas, pero Bruselas decidió suprimir paulatinamente este mundo protegido para liberalizarlo en 2015 por completo (a decir verdad para ahorrarse el coste que conlleva). Resultado: en Europa han desaparecido 334.000 explotaciones lácteas entre 2006 y 2008. 40.000 están en huelga.

Con todo mi no me parece claro que las subvenciones y las cuotas sean la mejor solución para garantizar el futuro del sector. Al final las subvenciones y cuotas crean rentistas y vacas falsas. Hay que buscar ingresos alternativos. La distribución de la leche como si fueran latas de cocacola es una de ellas. La idea no es otra que vender la leche directamente al consumidor. Sin intermediarios. Leche fresca. Le Monde nos cuenta que en Italia ya han colocado más de 500 maquinas expendedoras y en Francia casi un centenar. Venta directa. La maquina del video cuesta unos 12.000 euros y hace falta vender por lo menos 30 litros al día para rentabilizarla. A 1 euro el litro.

No sé si ya existe alguna en Galicia pero deberíamos copiar la idea y generalizarla. Cada vez más agricultores se convierten en vendedores directos, sin intermediarios, distribuidores y supermercados. El campo está revuelto y desde luego no van a ser Bruselas, los urbanitas o los carrefour de turno quienes vayan a sacar al mundo del campo del agujero en el que se encuentra. Todo por dejar de tirar la leche por el suelo. En vez de regar, por lo menos qué la regalen.