lunes, 8 de marzo de 2010

Bocazas y dobles raseros: No más dictaduras


Normalmente soy yo el bocazas. Lo reconozco y así me lo han hecho entender infinidad de veces mi familia y mejores amigos, que para eso están, para quererle a uno y llamarle la atención cuanto sea necesario. La situación de Cuba es una de mis teimas y no por casualidad Generación Y es uno de lo pocos enlaces que recomiendo, porque la realidad cubana, la dictadura que vive la isla prácticamente desde su independencia, por desgracia, continúa. Y gracias a Willy Toledo hemos estado hablando de lo mismo durante toda una semana. Cuba no deja a nadie indiferente.


Tampoco debería dejar a nadie indiferente la muerte de Orlando Zapata. Zapata se inmoló y Fariñas va camino de ello. Por deseo propio, protestando, a su manera, lentamente, Zapata tras 85 días de huelga de hambre Y Fariñas con sus repetidos tentativas. Eso tienen en común con los monjes budistas de Myanmar, que piden lo mismo, el fin de la dictadura, la libertad. Como muchos otros, como Aminetu Haidar.


Desconfío sou galego, Rosa Díez, no podía ser de otra manera de áquellos tan sofisticados que discriminan entre dictaduras, sean del color que sea, sean blandas o sean duras, y justifiquen el comportamiento de sus dirigentes, las violaciones de los derechos humanos, de la democracia del pueblo que nunca vota en elecciones libres, dónde no hay libertad de expresión, ni de asamblea, mediante mil con excusas, sacando balones fuera, que si el vecino, que si el imperialismo, que si el bloqueo, que si los comunistas, que si los terroristas, que si así lo quiere Dios, Alá, Yavé, o Zaratrusta. Hasta "Z" ha tenido que rectificar. Pero Willy sigue en las suyas. Como la SGAE.


Ahí va una de mis canciones preferidas de The Smiths. Bigmouth Strikes Again, que en castellano viene a decir el bocazas ataca de nuevo. I now I know how Jeanne D'Arc felt. Y ahoya ya sé cómo se sintió Jeanne D'Arc, canta Morrisey. Cada vez que la escucho pienso en todas las veces que mejor estaría callado. Desde ahora también pensaré en Willy Toledo, que con su repetida ganas de labrase un futuro en la tertulias de España, y tratar de zanjar la cuestión poniendo más leña al fuego con su manida mezcla de Cuba, imperialismo yanqui, España, torturas y demás, y así entra por méritos propios en mi muy personal panteón de los pesados nacionales.

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